jueves, 31 de mayo de 2012





Paul Gaugin: “Nada se parece tanto a un mal cuadro como una obra de arte”.













(Puntas de Calnegre, Murcia, curiosamente, en este lugar estaba la escuela donde mi madre tuvo su primer destino como maestra en la España pobre de los años sesenta. Yo crecí escuchando historias sobre los marineros del pueblo. Cuando mi madre volvió allí con su familia, cuarenta años después, buscamos inútilmente la vieja escuela: sus cimientos están bajo la cancha de baloncesto. Hice esta foto como recuerdo.)

OCUPACIONES INÚTILES PARA UN HISTORIADOR (QUE QUIERA SALIR EN LA TELE)
PRIMERA PARTE.


1/ Buscar la cabeza de Goya. 
Su cuerpo está enterrado en San Antonio de la Florida, pero cuando  fue exhumado en Burdeos en 1888, para ser trasladado a España, se comprobó que faltaba su cabeza. Aún hoy no se sabe dónde está, si bien se han seguido diversas pistas: véase, por ejemplo, la novela de Vicente Muñoz Puelles " El cráneo de Goya" (Valdemar, 2004).


2/ Hacer un inventario de las mujeres de grandes pintores que estuvieron a punto de destruir obras maestras de sus maridos por prejuicios sociales, por considerarlos poco valiosas o por descuido.
Por ejemplo: Elena Fourment, segunda mujer, de Rubens, estuvo a punto de quemar el cuadro "Las tres gracias" después de la muerte de su marido porque lo consideraba pecaminoso.


3/ Averiguar cuantos genios del arte tuvieron problemas con la justicia y analizar hasta que punto influyeron estos problemas en su carrera. Dos ejemplos elementales: Bernini y Caravaggio. ¿Puede un  gran artista ser un asesino? ¿Merece ser condenado como cualquiera que cometa ese delito o debe ser tratado con indulgencia?
Otro caso sumamente interesante es el José Ribera, el españoleto, el pintor que mataba a sus competidores (con varios cómplices más). Caravaggio mató en una pelea. Bernini casi mató a su hermano de una paliza y mandó mutilar a su amante, pero fue un acto pasional, como suele decirse (al menos eso pensó el Papa, que no lo condenó), pero lo de José Ribera era simple política laboral: ningún pintor ponía los pies en Nápoles excepto él y sus socios. Y pese a todo curiosamente nunca tuvo problemas serios con la justicia y ha pasado a la historia como el gran pintor que era (una cosa no quita la otra).


4/ Buscar cuadros perdidos, tesoros ocultos, civilizaciones desconocidas. Si no se encuentran es lo de menos: siempre se puede hacer un buen documental de viajes.


5/ Rastrear y denunciar las grandes meteduras de pata de los políticos. Preferentemente políticos ya muertos y citas registradas de algún modo irrefutable (por si acaso). Como por ejemplo el mensaje al Congreso del Presidente americano Calvin Coolige de 1928 (un año antes del Crack del 29): "El país puede contemplar el presente con satisfacción y mirar al futuro con optimismo". O la frase de Chamberlain, primer ministro ingles, sobre la firma del Pacto de Munich y la anexión de Checoslovaquia por parte de Hitler en 1938 diciendo que "Después de todo, Checoslovaquia es un país que está muy lejos y del que los ingleses no saben casi nada", así pues, qué puede importar lo que pase allí.








STALIN

3

ELOGIO DEL NECIO:



Leo en la introducción al libro “Los que susurran”, de Orlando Figes:
Antonia Golovina tenía ocho años cuando fue deportada, junto con su madre y dos hermanos menores, a una “colonia especial” de exilio penal en la remota región de Altai, en Siberia. Su padre había sido arrestado y sentenciado a tres años en un campo de trabajos por su condición de Kulak o campesino rico, durante la colectivización de la aldea del norte de Rusia donde vivían. Desde entonces la familia había perdido su casa, las herramientas agrícolas y el ganado, que pasaron a ser propiedad colectiva”.
Lo primero que me llama la atención es que el propio Orlando Figes, uno de los máximos expertos de la época estalinista, no pueda resistirse a denominar a los Kulaks campesinos ricos. En otros libros los he visto llamar “Campesinos acomodados”. Las dos definiciones me parecen incongruentes y equivocadas, o que fácilmente pueden inducir a error. ¿Puede un campesino ser rico? ¿Puede acomodarse un campesino? Acaso no madruga todas las mañanas y se pone a cultivar los campos bajo el sol? ¿Acaso no tiene que cuidar a sus animales durante todos los días del año? ¿Y tanto dinero puede obtener de sus campos o de sus animales para ser “rico”. ¿Cuántos millones de rublos tenía en el banco la familia de Antonia Golovina? ¿Cuánto era ser rico en la Rusia de 1929? Un campesino que es rico no es un campesino, es un terrateniente. Si tiene que trabajar sus campos y cuidar su granja para vivir no es rico, es, en todo caso, un poco más rico que la media de los campesinos. Pero no se puede dedicar a vivir de las rentas, a los lujos y los placeres de los verdaderos ricos (y sí, en la Rusia comunista había personas que vivían muy bien, y no eran precisamente los Kulaks, sino los altos funcionarios, los miembros de la élite del partido, etc.)
Ahora bien. ¿De donde le venía la riqueza a la familia de Antonia Golvina? Como la mayoría de los campesinos, esta familia había pasado los años duros de la Primera Guerra Mundial, seguidos de los años peores de la Revolución Comunista y la Guerra Civil posterior. Allí lo habían perdido casi todo. Luego Lenin y Stalin decidieron dar una cierta libertad económica, la llamada Nueva Política Económica (NEP), y esta política posibilitó que algunos campesinos hicieran pequeños negocios vendiendo sus cosechas (parte de ellas) y comprando tierras de otros campesinos a los que les iba peor. Algunos sacaron partido de esta oportunidad para mejorar sus granjas y aumentar sus tierras, pero siguieron siendo campesinos. No emigraron a las ciudades, no fundaron bancos ni se dedicaron a la especulación comercial. No crearon grandes empresas. Eran simples campesinos que habían trabajado duro durante diez años para sacar adelante a sus familias, y habían tenido más suerte o habían sido más trabajadores o inteligentes que sus vecinos. ¿Es eso un pecado?
Por lo visto sí. Su éxito fue su perdición. A los que nada tienen, nada se les puede robar. A los que tienen poco (aunque sean algunas vacas de más), ya se les puede quitar algo. Stalin, como todos los dictadores, fue un ladrón, un ladrón miserable y cruel. Dejó que los Kulaks hicieran negocios y se enriquecieran (previo pago de sus impuestos, que los tenían, y eran altos). Y luego se lo quedó todo, y los mandó a la muerte (tres años en Siberia puede parecer una condena no muy grave, pero pocos volvían, el frío, el hambre y las enfermedades acababan con ellos), y lo hizo generalmente con la complicidad de muchos de los vecinos de estos Kulaks, que los delataban y despreciaban no por ninguna idea política, sino por simple envidia.
Viendo lo que les pasó a Antonia Golovina y su familia (y hubo millones de familias en la misma situación), me horroriza comprobar que más valía ser un vago, un borracho, un holgazán, un inepto, un mal trabajador en definitiva, mientras fueras sumiso, mientras tuvieras la cabeza completamente hueca y te conformaras con poco. En ese caso Stalin te dejaría en paz. No te robaría nada. No te perseguiría. Como mucho te llevaría a una granja colectiva y allí podrías medrar tranquilamente durante el resto de tu vida. Allí nunca te faltaría ni la comida ni un techo donde cobijarte del frío. Esa es la triste enseñanza de tuvieron que aprender los Kulaks, los intelectuales, los prisioneros políticos, los músicos, artistas, funcionarios y científicos caídos en desgracia: en la Rusia de Stalin el ciudadano útil era el delator, el cobarde, el indolente…

El aforismo de las 23, 20:


La Historia sirve para desenmascarar las mentiras que nos han contado los que nos han contado la Historia.
OTRA CITA QUE NO CONVIENE OLVIDAR


La gente como masa tiene muy a menudo una inteligencia inferior a la de sus partes integrantes.


Chirstopher Hichens

(QUEDÉMONOS CON LA BELLEZA DEL MUNDO, MIENTRAS SEA POSIBLE...)

¿Por qué se fastidia todo? ¿Por qué soy tan pesimista?
Analicemos el estallido de cualquier guerra. Hace poco he leído lo que opinaba Galdós y Pablo iglesias sobre el Desastre del 98. Muy pocas personas se atrevieron a decir lo que pensaban, antes y después de ese lamentable y terriblemente cruel episodio (tantos y tantos soldados mandados a morir por nada, por el “honor de la patria”, y tantos supervivientes, heridos, humillados, enfermos, despreciados y olvidados…), pero su lucidez no sirvió para nada. Ni para prevenir el desastre ni para hacer justicia a los muertos y heridos, a los que nadie consoló ni pidió perdón (por no darles, ni les dio la paga que se les debía). Al final nadie sacó enseñanza alguna de lo ocurrido. En esencia nada cambió en la sociedad española. Y poco después estábamos metidos en otra guerra, en Marruecos, y llegó la derrota del Barranco del Lobo (y la Semana Trágica) y el Desastre de Annual. Más y más muertos y heridos. Y nadie dando explicaciones…
Si le das a elegir a cien hombres entre pensar por sí mismos o por limitarse a obedecer y dejar que otros piensen por ellos, la mayoría elegirá la segunda opción. Pensar por ti mismo es mucho trabajo. Lo otro es más cómodo. Por eso, en los primeros momentos, siempre tienen tanto apoyo las dictaduras. “Mussolini tiene siempre razón”, (el subrayado y la negrita son míos) se podía leer en grandes carteles luminosos en la Roma de los años 30. Y muchos lo creían… ¿Y los que no lo creían? Pues pobres de ellos… O aprendían a disimular o se convertían en apestados.
Siempre es lo mismo. En todos los lugares y en todas las épocas. La cosechadora acaba con todo. Los brotes individuales de sentido común son siempre barridos bajo los hierros de la cosechadora de la estupidez colectiva.





(La primera foto es del autor, la segunda de Ana Cebrián Giner, ambas están tomadas desde las ventanillas de un coche que circula por una carretera a considerable velocidad, son pues fruto del azar: la naturaleza nos obsequia con estos pequeños regalos, que generalmente nunca agradecemos lo suficiente.)
DE LA UTOPÍA AL INFIERNO


"La idea de que un estado socialista tenía que obligar a todos los ciudadanos a pensar igual, y menos aún la de otorgar al colectivo de sus dirigentes (que alguien intentase ejercer estas funciones en solitario era impensable) algo semejante a una infalibilidad papal, no habría pasado por la cabeza de ningún socialista destacado antes de 1917".


Hobsbawm




LA REBELIÓN DE LOS TONTOS

Fingir inteligencia es relativamente sencillo. Cualquier tonto puede hacerlo. Pero fingir la estupidez es realmente complicado. Para fingir realmente bien la estupidez hay que ser un auténtico estúpido.


Si quieres caer bien a los demás, olvídate de tener razón. Tener razón (e incluso tener ideas propias) es un grave inconveniente para alguien que quiera conseguir el prestigio social. Si tienes que elegir entre ser simpático y ser lúcido, elige siempre lo primero. Sólo son populares los que se amoldan a los gustos y las ideas de su auditorio. Y si no sabes o no quieres ser popular, entonces trata siempre de pasar desapercibido. Por muy vulgar o falso que sea el discurso a seguir, jamás lleves la contraria al orador. Limítate a aplaudir y muérdete la lengua. A nadie le importa lo que tú pienses. Cuanto más equivocado está un hombre, menos interés tiene en conocer la verdad. Recuerda siempre lo que decía Unamuno: “En el fondo les caigo antipático. Tener razón es lo más antipático que hay”. 





Una cita de Hesiodo:
La educación consiste en ayudar a una persona a aprender a ser lo que es capaz de ser.
(Si la educación es eso,  yo nunca he tenido educación.)




-Una larga cita de Sandor Narai (de lo más lúcido que he leído sobre la verdadera naturaleza de la condición de escritor):
“La escritura no es una tarea para una persona sana, un persona sana es una persona que trabaja para acercarse a la vida, mientras que un escritor trabaja para acercarse a las profundidades de su obra, donde lo esperan peligros, terremotos, abismos, incendios. (…) Acabé por comprender que no tenía escapatoria (…) que debía entregar mi vida a mi obra por entero y sin condiciones, que debía vivir así, bajo la presión de esa idea fija, de esa manía, atravesando desesperadas épocas de huida y volviendo siempre a la otra vida, a la del papel”.
"Napoleón era un loco que se creía Napoleón"


Jean Cocteau



–"Vamos a hacer algo con Siria...".

El chiste es muy bueno. Pero después de un año escuchándolo a todas horas ya empieza a cansar un poco.

miércoles, 30 de mayo de 2012







EL VIEJO MUNDO...

"Y el barco que era tuyo –sin ti– se pierde ya en la bruma".

Luis Antonio de Villena


(foto del autor)



MALDITO ARTISTA MALDITO



¿Escritores malditos?
Al final resulta que Henry Miller no hubiese existido sin Anaïs Nin y Anaïs Nin no hubiese podido ayudarle sin el dinero de su marido y de su psiquiatra, así que ¿dónde está el mérito de Henry Miller? Fracasó en todos sus trabajos y se hubiera muerto literalmente de hambre (él mismo lo dice) de no haber conocido a Anaïs. ¿Y qué habría sido de Anaïs Nin de no haber tenido un marido tan tolerante? 

¿Pintores malditos? Recordemos a un pintor francés, Maurice Utrillo. El extraño caso del pintor maldito (en el sentido más habitual de la expresión) que cambiaba sus cuadros por casi todo: sexo, comida, bebida, libertad (libertad en el sentido más estricto, pagando con un cuadro a los policías que le metían en una celda de una comisaría por borracho), en fin, casi todo lo que un hombre puede necesitar… Y que, habiendo aceptado plenamente su fracaso, se tropezó con la felicidad en su vertiente más cálida y doméstica: se casó con una americana rica, y que encima le quería... ¿Qué más se puede pedir?
 (Es muy tentador comparar su caso con el de Pollock, o el de Modigliani, y jugar a imaginar las oscuras razones que tiene el destino para poner punto final a una buena historia.)

DILEMA



Dos maneras de enfrentarse a la muerte (y a la vida):
-Memorias de ultratumba, Chateubriand, 1849:
Esta imposible duración y prolongación de las relaciones humanas, ese profundo olvido que nos sigue, este invencible silencio que se apodera de nuestra tumba y se extiende más allá de nuestra casa me recuerdan sin cesar la necesidad de aislamiento. Cualquier mano es buena para darnos el vaso de agua que podemos necesitar en la fiebre de la muerte. ¡Ah, quiera el Cielo que no sea una mano demasiado querida para nosotros!, pues ¿cómo abandonar sin desesperación la mano que se ha cubierto de besos y que se querría tener eternamente sobre el propio corazón?

-Epopeya de Gigamesh, poema sumerio, primera mitad del II milenio a C.:
Gilgamesh, llena tu vientre, alégrate de día y de noche, que los días sean de completo regocijo, cantando y bailando de día y de noche. Vístete con ropas frescas, lava tu cabeza y báñate. Contempla al niño que coge tu mano y deléitate con tu mujer, abrazándola. Porque esto es lo único que se encuentra al alcance de los hombres.

Pasan los siglos. El mundo continua. Hay grandes inventos. ¿Se ha avanzado realmente mucho? ¿Cómo debemos vivir? ¿En soledad, aceptando la soledad como un mal menor contra la muerte y el sinsentido de la vida? ¿O a ciegas, buscando el goce inmediato, buscando el amor y la compañía de las personas a las que nosotros queremos, olvidando cuál será su fin y el nuestro? Desde Mesopotamia a Francia, siglos y siglos de civilización y una pregunta sin respuesta.






PREMONICIÓN

Déjame hablar con los lobos.
He visto la gacela del miedo
corriendo por tus ojos
mientras con un gemido mudo
tu cuerpo se desploma.

Déjame hablar con los lobos.
Ellos son quienes dictan el insomnio
que anida en los relojes.
Como un expreso sin faros
avanza la noche por las calles.
Mi cuarto se queda frío.
Y me pregunto
cómo podrá haber redención
si no hubo antes pecado.

Los lobos blancos de la pena
se esconden tras tus labios.
Déjame hablar con ellos.
Quiero afilar sus colmillos
con la savia de mis besos.
Y cantarles al oído
la nana triste de los enamorados.

(En la pila del naufragio
la noche bendice a los marinos.)


Poema del autor, A.V. F. del Libro "Historias de Fantasmas" 
(Ayuntamiento de Armilla, 2000)


(foto del autor)



LA VIDA Y EL ESCRITOR...

Más citas de escritores sobre la literatura (sobre la “glorificación” de la literatura):
-Marina Tsvetaieva: “¿Unas condiciones favorables a la escritora? La vida misma es una condición desfavorable. Y por cruel que sea decirlo, las peores condiciones tal vez sea las mejores”
-Antonio Lobo Antunes: ¿Por qué me hice escritor? Nunca serví para otra cosa. No sirvo para la vida práctica.
-Erri de Luca: “La literatura no cambia el mundo, pero hace compañía”.

(Por cierto, Marina Tsvetaieva, dijo también: “La vida es un lugar donde no se puede vivir”. Y para ella fue cierto.)

NOTA AL MARGEN

Escribir es sonreír con un puñal hincado en el cuello
BLAS DE OTERO

Escribir es sonreír con un puñal hincado en el cuello.
Escribir es buscar refugio en un bosque arrasado.
Escribir es vadear un río que no acaba nunca.
Escribir es golpear con fuerza el cristal de los días.
Escribir es hincarle un diente al pan duro de la vida.
Escribir es ser yo cuando no puedo ser otra cosa.


(poema del autor, A.V.F.)
EL ESCRITOR MORBOSO




Umbral lo dejó muy claro:
“Si todo escritor escribiese una carta a su padre, sincera y dura, estaría salvado. Pero prefieren hacer el melodrama novelado de su padre…”.

VARGAS LLOSA añadió:
“De todos modos, escribir lo que no se vivía para hacerse una idea de vivirlo, llevaba ya implícito un castigo: la sensación de fracaso y frustración”.

(Desmitificando al escritor...)




La última causa de todos los males del hombre es su exceso de optimismo. Detrás de todas las guerras, las catástrofes, las crisis, siempre hay un exceso de optimismo. 








TIERMES

Veinte años.
Una herida sangrando en el pecho y otra
a punto de abrirse.
¡Pobre corazón!
La luz del verano en el mundo
y tú llorando por dentro.

(poema  y foto del autor, A.V. F.)



SOBRE EL ESCRITOR Y LO ESCRITO


1
La ficción no existe. Todas estas historias de ficción están basadas en hechos reales. Y las partes reales son precisamente las que más inverosímiles parecen.




2


Ninguna palabra es inocente, y las palabras escritas son las menos inocentes de todas. Toda obra literaria, ya sea prosa o poesía, responde al mismo fin último: no pretende copiar la realidad: pretende sustituirla. El autor debe tratar de impedírselo de todos los modos posibles




3
El trabajo de un escritor no es resultar simpático: es resultar contundente. Si la vida es inútil, la literatura es imprescindible.


4
El trabajo del escritor es jugar con las palabras, no domesticarlas. Las palabras necesitan espacio, luz, aire fresco. Si las domesticas, las matas.


5
¿El secreto de un buen poema? Pensar lo que está en la mente de todos y decirlo con palabras que están en boca de todos, pero decirlo mejor que todos.


6
La enfermedad terminal de un escritor: no poder dejar de ser su personaje.


7
Un escritor no vive, investiga la vida, del mismo modo que un forense no muere, investiga la muerte. Un escritor vive apartado de la vida, aunque viva muy cerca de ella, y a veces, si las circunstancias lo requieren, se puede mezclar con la vida, como un policía se puede mezclar con delincuentes, pero nunca olvida que es un policía.




8



A un genio se le conoce por su inteligencia. A un escritor, por sus manías.





9
Un escritor tiene que tener sólo una norma: todo vale. En la hoguera de la literatura toda leña es buena.


10

Un escritor debe tener dos libretas. En una debe anotar cuidadosamente a quien desprecia y en la otra debe anotar cuidadosamente qué hace cada día para poder considerarse a si mismo escritor. Un escritor sin desprecios y un escritor que descuida un solo día su trabajo de escritor nunca será un buen escritor.



11
Con una línea al día es suficiente. El trabajo de escritor no se mide por la anchura sino por la profundidad. Las grietas más peligrosas son las más estrechas.


12

Un escritor tiene cosas más importantes que hacer que ordenar una mesa. Pero un escritor con la mesa desordenada nunca será un buen escritor.



13
Un escritor tiene que buscar la fama con todos sus recursos, como un perro que olfatea su presa, y tiene que huir de la fama con todas sus fuerzas, como un ladrón de tumbas que huye ante un fantasma.


14
Escribir es siempre un mal menor.









PROPÓSITO DE ENMIENDA


No vino a domar tus caballos
el auriga celeste.
Llegó el verano y tus caballos huyeron
en busca de algún pasto
que no oliera a musgo.
En la calle continua el éxodo silencioso
de las estatuas,
la gente obedece a los semáforos,
se ocultan los escapatares
al acecho de ávidos compradores.
Pero tú ahí sigues,
sin caballos, sin comida,
sin techo donde guarecerte,
jugando con un cable de acero
a la orilla de los desagües,
esperando que el tigre de la felicidad
cruce ante ti desprevenido.
¿De verdad crees que podrás cazarlo
sin otra munición
que tus cartuchos de tristeza?
Vuelve el rostro,
y sonríe.
La ciudad que contemplas
aún es tuya si lo deseas.
Tuyas son sus aceras descansadas.
Tuyos sus salones rutilantes.
Tuyo el gozo de sus avenidas.
Tuya la rabia de sus museos.
No te engañes más.
Alza los brazos.
Regresa.
Todos los árboles tienen su ahorcado
y todas las lápidas
su milagro.






(Poema  y fotografías del autor)


Ningún hombre es consciente de sus actos. Todas las razones que argumentará un hombre para actuar de una manera determinada son siempre la punta del iceberg de las verdaderas razones por las que actúa de ese modo.

El mayor peligro del intelectual: amar a la humanidad pero despreciar a los individuos.



Rosa Montero dice que la gran tragedia de los seres humanos es haber venido al mundo llenos de ansias de vivir y estar condenados a una existencia efímera. Tiene razón. Pero se queda corta. No es sólo eso. No es simplemente estar condenados a una existencia efímera, sino (y eso es mucho peor) estar condenados a descubrirlo muy tarde, a veces demasiado tarde. Cuando alguien descubre realmente hasta qué punto es efímera la existencia humana ya ha perdido, como mínimo, un tercio de su vida.



LA HOGERA DE LAS VANIDADES


En la lista de los libros para ser quemados en la hoguera de las vanidades los diarios, las autobiografías y los libros de aforismos ocupan el primer puesto.


Una de las fotos antiguas o relativamente viejas de paisajes españoles que mas me gusta aparece en el libro Por tierras de Aragón, que es, tal y como se dice en el prologo “una selección de las mejores instantáneas fotográficas tomadas en nuestro territorio durante la década de los cincuenta y sesenta del siglo XX por el gran fotógrafo francés Jean Dieuzaide”. La foto es cuestión tiene por título “tierras zaragozanas” y está tomada en 1961. En ella se ve un paisaje yerno, absolutamente vacío, agreste y violento, cruzado por un camino polvoriento que se curva y se hunde en la tierra como una serpiente que se desplaza entre el fango, que corta la tierra baldía y deja una cicatriz desnuda y sangrante. Ese paisaje, cuya localización exacta se desconoce, bien puede corresponder (conozco la zona) a los alrededores de Belchite. Pero en cualquier caso me recuerda, aunque no sea el mismo, el paisaje que veía George Orwell desde su trinchera en la Sierra de Alcubierre. Viendo este paisaje, que en los años 36 y 37 sería prácticamente igual que el que nos muestra la foto de Dieuzaide, la absurda matanza de la guerra civil se vuelve más absurda aún. Los que enseñan historia debería enseñar la historia junto con la geografía. Viendo esta foto los alumnos deberían preguntarse si este pedazo de tierra vacía, inhóspita y estéril merecía tanta sangre.





(Como no quiero reproducir fotos con Copyright, añado dos fotografías mías de Teruel y Huesca, escenarios de la Guerra Civil)

A todas las generaciones les toca un reto histórico. A mi abuelo le tocó la Guerra Civil. A mi padre la Transición. A mí la crisis. En todos los retos históricos hay que tomar decisiones. Y estas decisiones se toman a ciegas, arrastrado por las circunstancias,  sabiendo bien que lo que decidas no solo te va a salvar o a hundir a ti sino que va a salvar o a hundir a tu familia. En todos los retos históricos hay alguien que se queda en la cuneta. Y si tienes la suerte de seguir en pie, no tienes ni tiempo de mirar atrás.
JUEGO




Pregunta: 
¿Qué palabra usaríais vosotros como sustitución de prudente en esta cita de Aristóteles?:

El prudente no aspira al placer, sino a la ausencia del dolor.

¿Estáis pensando la misma que yo?





Dos citas para alimentar el ansia del viaje:

-Joaquín Sabina: “Fuera de casa, como en ningún sitio”.
-Perec: “No sentirse en casa en ninguna parte, pero sentirse bien casi en todos los sitios”.


(Fotos del autor)
CULTURA







Leo en el Babelia una crítica de un libro cuyo título no me molestaré en escribir. “Ésta (novela) de… que obtuvo el premio… es de esos relatos que aspiran a tener, sin complicaciones y, mucho menos, ambiciones literarias, un gran número de lectores”. Yo tengo una palabra para ese tipo de libros: intrascendentes. Hoy en día la mayoría de premios los ganan ese tipo de libros y la mayoría de editoriales publican ese tipo de libros. Y uno ya no debería sorprenderse… A fin de cuentas, ¿para qué sirve la cultura? Miremos la Edad Media: con que la cultura no desaparezca sino que esté en poder de una minoría (los monjes) es suficiente para que una sociedad funcione perfectamente durante algunos siglos. De hecho, si hoy en día se pretende que la cultura llegue a todo el mundo es porque se ha convertido (y se pretende que así siga siendo) en un negocio.

Quiero dejar clara una cosa. No me parece mal que algunos libros se escriban sin otra finalidad que entretener. Lo que me fastidia es que todos los libros que se publican no tengan otra finalidad que entretener. Hace años Dan Brown daba como consejo a los escritores que empiezan que “hicieran algo comercial”. Me pareció algo repugnante pero tuve que darle la razón. Según parece hoy en día para tener éxito como escritor hay que suicidarse tres veces: al principio, a mitad camino y al final.



Fracasar a fondo exige mucho más talento del que pensamos. Algunos se pasan toda la vida intentándolo y no llegan a conseguirlo. Quedémonos con la cita de Stevenson: “Algo debo de haber hecho mal o no hubiera tenido tanto éxito”. 

Una cita de Antonio Luque, cantante de Señor Chinarro:
Mis canciones, lo he dicho otras veces, nacen de la sensación de absurdo. Cualquiera que no perciba el absoluto absurdo de todo cuanto existe, en el sentido más brutal, pues que siga adelante con su teoría porque debe de ser muy sólida. Yo intento organizar el disparate a mi gusto, que es lo que hace todo el mundo.




Hacemos canciones por lo mismo que hacemos catedrales. Hacemos poemas por lo mismo que hacemos canciones. Bailamos, cantamos, reímos, nos besamos y nos amamos con los ojos y con los dedos. Hacemos algo que no va a perdurar, pero cuyo espíritu perdurará. El mar borrará el castillo de arena, pero los recuerdos del niño que pasó el día en la playa, la ilusión del niño que ve el mar por primera vez, la ilusión de ese niño que vuelve a la playa, ya anciano, con su nieto, eso no desaparecerá.
REST IN PACE ADRIAN 

(Un comentario en Internet sobre Adrian Borland acababa con esta oración: REST IN PACE ADRIAN.)

(FOTO DE ANA CEBRÍAN GINER)









Despertar en una cama extraña después de un día extraño. Y mirar por la ventana de una habitación que no es la nuestra y descubrir un paisaje familiar y extraño. Y sentarse en la cama un momento, sintiendo una vaga sensación de desconcierto, no recordar por un momento el por qué, ni el para qué ni el desde cuándo ni el hasta cuándo. Sentirse vivo y a la intemperie. Tal vez eso sea lo mejor de cada viaje.  


(fotos del autor)