jueves, 31 de mayo de 2012

OCUPACIONES INÚTILES PARA UN HISTORIADOR (QUE QUIERA SALIR EN LA TELE)
PRIMERA PARTE.


1/ Buscar la cabeza de Goya. 
Su cuerpo está enterrado en San Antonio de la Florida, pero cuando  fue exhumado en Burdeos en 1888, para ser trasladado a España, se comprobó que faltaba su cabeza. Aún hoy no se sabe dónde está, si bien se han seguido diversas pistas: véase, por ejemplo, la novela de Vicente Muñoz Puelles " El cráneo de Goya" (Valdemar, 2004).


2/ Hacer un inventario de las mujeres de grandes pintores que estuvieron a punto de destruir obras maestras de sus maridos por prejuicios sociales, por considerarlos poco valiosas o por descuido.
Por ejemplo: Elena Fourment, segunda mujer, de Rubens, estuvo a punto de quemar el cuadro "Las tres gracias" después de la muerte de su marido porque lo consideraba pecaminoso.


3/ Averiguar cuantos genios del arte tuvieron problemas con la justicia y analizar hasta que punto influyeron estos problemas en su carrera. Dos ejemplos elementales: Bernini y Caravaggio. ¿Puede un  gran artista ser un asesino? ¿Merece ser condenado como cualquiera que cometa ese delito o debe ser tratado con indulgencia?
Otro caso sumamente interesante es el José Ribera, el españoleto, el pintor que mataba a sus competidores (con varios cómplices más). Caravaggio mató en una pelea. Bernini casi mató a su hermano de una paliza y mandó mutilar a su amante, pero fue un acto pasional, como suele decirse (al menos eso pensó el Papa, que no lo condenó), pero lo de José Ribera era simple política laboral: ningún pintor ponía los pies en Nápoles excepto él y sus socios. Y pese a todo curiosamente nunca tuvo problemas serios con la justicia y ha pasado a la historia como el gran pintor que era (una cosa no quita la otra).


4/ Buscar cuadros perdidos, tesoros ocultos, civilizaciones desconocidas. Si no se encuentran es lo de menos: siempre se puede hacer un buen documental de viajes.


5/ Rastrear y denunciar las grandes meteduras de pata de los políticos. Preferentemente políticos ya muertos y citas registradas de algún modo irrefutable (por si acaso). Como por ejemplo el mensaje al Congreso del Presidente americano Calvin Coolige de 1928 (un año antes del Crack del 29): "El país puede contemplar el presente con satisfacción y mirar al futuro con optimismo". O la frase de Chamberlain, primer ministro ingles, sobre la firma del Pacto de Munich y la anexión de Checoslovaquia por parte de Hitler en 1938 diciendo que "Después de todo, Checoslovaquia es un país que está muy lejos y del que los ingleses no saben casi nada", así pues, qué puede importar lo que pase allí.







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