EL HÉROE ASESINO
(Ampliación)
Marat ha pasado a la Historia como un héroe, gracias sobre todo al cuadro
que David pintó sobre su muerte y que se titula precisamente “la Muerte de
Marat”. Cualquiera que vea ese cuadro pensará inmediatamente en Marat como
víctima, como cordero degollado. Pero la verdad es otra. Un minuto antes de
morir, antes de comprender que iba a ser asesinado, Marat estaba cumpliendo con
su deber. ¿Y cuál era este deber? Ejecutar
enemigos. Mandar a la muerte a todos los “contrarrevolucionarios” que fuera
posible”. En el cuadro de David se ve a Marat escribiendo en un papel. ¿Y qué
escribía? Los nombres de los que debían morir. De eso trataban sus últimas
palabras. Un minuto antes de morir lo que Marat dijo fue: "¡Está bien, en
menos de ocho días irán todos a la guillotina!".
¿Y quiénes eran las victimas? No lo sabía. Ni él mismo los conocía. Eran
ciudadanos de provincias contra los que Marat no tenía ninguna prueba. Su única
condena procedía de una delación, la delación de una mujer que él tampoco
conocía, una mujer que él no había visto nunca. Se llamaba Charlotte Corday y no
era una delatora: era una asesina. Era su
asesina. Ella había utilizado ese
truco (hacerse pasar por delatora) para acercarse hasta él. ¿Pero cuántas
personas habrían hecho lo mismo, pero para delatar realmente a otros? ¿Y a
cuántos habría mandado Marat a la guillotina, basándose sólo en denuncias anónimas,
tal vez infundadas? ¿O acaso no le importaba que pudieran ser infundadas?
¿Cuánto valía tu vida en aquel momento, si cualquiera te podía delatar sin
pruebas y su sola palabra te podía valer la muerte? (Las revoluciones.... el
lado oscuro de las ideas brillantes y los discursos...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario