miércoles, 17 de octubre de 2012



EL HÉROE ASESINO

(Ampliación)

Marat ha pasado a la Historia como un héroe, gracias sobre todo al cuadro que David pintó sobre su muerte y que se titula precisamente “la Muerte de Marat”. Cualquiera que vea ese cuadro pensará inmediatamente en Marat como víctima, como cordero degollado. Pero la verdad es otra. Un minuto antes de morir, antes de comprender que iba a ser asesinado, Marat estaba cumpliendo con su deber.  ¿Y cuál era este deber? Ejecutar enemigos. Mandar a la muerte a todos los “contrarrevolucionarios” que fuera posible”. En el cuadro de David se ve a Marat escribiendo en un papel. ¿Y qué escribía? Los nombres de los que debían morir. De eso trataban sus últimas palabras. Un minuto antes de morir lo que Marat dijo fue: "¡Está bien, en menos de ocho días irán todos a la guillotina!". 
¿Y quiénes eran las victimas? No lo sabía. Ni él mismo los conocía. Eran ciudadanos de provincias contra los que Marat no tenía ninguna prueba. Su única condena procedía de una delación, la delación de una mujer que él tampoco conocía, una mujer que él no había visto nunca. Se llamaba Charlotte Corday y no era una delatora: era una asesina. Era su asesina. Ella había utilizado ese truco (hacerse pasar por delatora) para acercarse hasta él. ¿Pero cuántas personas habrían hecho lo mismo, pero para delatar realmente a otros? ¿Y a cuántos habría mandado Marat a la guillotina, basándose sólo en denuncias anónimas, tal vez infundadas? ¿O acaso no le importaba que pudieran ser infundadas? ¿Cuánto valía tu vida en aquel momento, si cualquiera te podía delatar sin pruebas y su sola palabra te podía valer la muerte? (Las revoluciones.... el lado oscuro de las ideas brillantes y los discursos...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario