POEMAS RESCATADOS (I)...
AMIGOS PERDIDOS
¿Por qué te fuiste, Nuria,
tan de pronto, con violencia,
sin una nota de despedida, sin dejar ninguna
huella
que seguir o interrogar?
¿Qué te empujó a hacerlo? ¿Qué razón
o motivo
te hizo perderte, evadirte, colarte,
diluirte en la grieta,
el pliegue, la claraboya del muro que
conducía a qué otro patio
de hormigón y alambre, o playa
radiante,
o bosque espeso?
No. Tal vez esa no es la pregunta.
(Y te digo a ti, Pilippe, y a ti,
Annika, y a tantos otros…
borrados del mapa, arrancados de
cuajo por qué o por quién, sin dejarme
siquiera el consuelo de los viejos
tópicos… el amor, la decepción,
el frío, la fatiga… la vida, en una
palabra…)
Tal vez la pregunta es qué hice yo.
Por qué no os busqué.
Estoy tan bien en mi cárcel…
Pero todo acaba. Y ahora yo mismo me
he colado por ese hueco
por donde os perdisteis vosotros…
Y no hay nada. Dónde quiera que
conduzca esta salida,
yo aún no he llegado.
Estoy atrapado en una puerta
giratoria
con el mecanismo atascado.
El aire empieza a faltarme. Sólo
espero que alguien
venga pronto a rescatarme.
Vosotros estáis bien, seguro. Salisteis
antes. A tiempo.
Yo he llegado tarde. Esperé
demasiado.
Se estaba tan bien en la cárcel…
(Alfonso Vila Francés, Revista La Bolsa de Pipas, nº 89)